bastante y muy poco

bastante y muy poco

1 nov 2010

¿Por qué cosas tan hermosas duelen tanto? Y no puedo ni empezar esa conversación. No puedo empezarla ni conmigo misma porque aprieto fuerte los dientes y las palabras chocan y me las vuelvo a tragar, tengo la panza hinchada de palabras. Lo peor es que pareciera que las digiero y desaparecen pero basta con que reaparezca una sola para que aparezcan todas juntas como si no se hubieran ido jamás. Quiero, no quiero, quiero, no quiero, quiero, no quiero y empiezo a perder la cordura otra vez. Es hermoso, es horriblemente aterrador y me surge pedir piedad, decir basta, pero ya lo hice y no funcionó. Ya no sé ni qué es.